Sophia Pop

Thursday, October 19, 2006

© CCD

Ven a mi pecho, alma sorda y cruel...
Ven a mi pecho, alma sorda y
cruel,
tigre adorado, monstruo de aire
indolente;
quiero enterrar mis temblorosos
dedos
en la espesura de tu abundosa
crin;

Sepultar mi cabeza dolorida
en tu falda colmada de perfume
y respirar, como una ajada flor,
el relente de mi amor extinguido.

¡Quiero dormir! ¡Dormir más que
vivir!
en un sueño, como la muerte,
dulce,
estamparé mis besos sin
descanso
por tu cuerpo pulido como el
cobre.

Para ahogar mis sollozos
apagados,
sólo preciso tu profundo lecho;
el poderoso olvido habita entre
tus labios
y fluye de tus besos el Leteo.

Mi destino, desde ahora mi
delicia,
como un predestinado seguiré;
condenado inocente, mártir dócil

cuyo fervor se acrece en el
suplicio.

Para ahogar mi rencor, apuraré
el nepentes y la cicuta amada,
del pezón delicioso que corona
este seno
el cual nunca contuvo un
corazón.


Versión de María Fasce