Sophia Pop

Sunday, October 29, 2006

Deseos, piedras, cielo a jirones

© Sophia Durand

IV
Deseos, piedras, cielo a jirones,
ni un ave.
Estoy huyendo.
Una nueva montaña,
un río joven, sin ira.
Éste es el mundo que amo.

Quiero un cielo veloz,
la mañana distinta, sin colores,
para poner mis ángeles,
mis calles donde siempre hay humo y sorpresa.



Blanca Varela

De Los campos magnéticos

© Sophia Durand

Luna de miel
¿En qué se basan las recíprocas inclinaciones? Hay unos celos más conmovedores que otros. Me paseo con gusto entre esa oscuridad que supone la rivalidad de una mujer y un libro. El dedo en la sien no es el cañón de un revólver. Creo que nos oíamos pensar, pero el maquinal«En nada», que es la más audaz de nuestras negativas, no lopronunciamos en todo el viaje de bodas. No hay nada que mirar fijamente menos alto que los astros. En cualquier tren es peligroso asomarse a la ventanilla. Las estaciones estaban claramente repartidas sobre un golfo. El mar, que para la mirada humana no es nunca tan bello como el cielo, no nos abandonaba. En el fondo de nuestros ojos se perdían bonitos cálculos orientados hacia el porvenir, como los de los muros de las prisiones.


André Bretón

Monday, October 23, 2006

© DCM

El mar en la ciudad
¿Es éste el mar que se arrastra por los campos,
Que rodea los muros y las torres,
Que levanta manos como olas
Para avistar de lejos su presa o su diosa?
¿Es éste el mar que tímida, amorosamente
Se pierde por callejas y plazuchas,
Que invade jardines y lame pies
y labios de estatuas rotas, caídas?
No se oye otro rumor que el borbotón
Del agua deslizándose por sótanos
Y alcantarillas, llevando levemente
En peso hojas, pétalos, insectos.
¿Qué busca el mar en la ciudad desierta,
Abandonada aun por gatos y perros,
Acalladas todas sus fuentes,
Mudos los tenues campanarios?
La ronda inagotable prosigue,
El mar enarca el lomo y repite
Su canción, emisario de la vida
Devorando todo lo muerto y putrefacto.
El mar, el tierno mar, el mar de los orígenes,
Recomienza el trabajo viejo:
Limpiar los estragos del mundo
cubrirlo todo con una rosa dura y viva.


Emilio Adolfo Westphalen

Sunday, October 22, 2006

© DCM

Sueño para el invierno
A ella

En el invierno iremos en un vagoncito rosa
con almohadones azules.
Estaremos bien. Un nido de besos locos reposa
en cada una de las blandas esquinas.

Cerrarás los ojos para no ver a través del cristal
hacer señas las sombras de la noche;
esas ariscas monstruosidades, populacho de
negros lobos y negros demonios.

Después sentirás tu mejilla rozada.
Un leve beso, como una loca araña,
te correrá por el cuello.

Y me dirás: «Busca», inclinando la cabeza;
y dedicaremos nuestro tiempo a encontrar
ese animalito que viaja mucho.



Arthur Rimbaud

Thursday, October 19, 2006

© Hokusai

EL MAR SIGUE ADELANTE
Entre tanto guijarro de la orilla
no sabe el mar
en dónde deshacerse

¿Cuándo terminará su infernidad
que lo ciñe
a la tierra enemiga
como instrumento de tortura
y no lo deja agonizar
no le otorga un minuto de reposo?

Tigre entre la olarasca
de su absoluta impermanencia
Las vueltas
jamás serán iguales
La prisión
es siempre idéntica a sí
misma
Y cada ola quisiera ser la última
quedarse congelada
en la boca de sal y arena
que mudamente
le está diciendo siempre:
Adelante


José Emilio Pacheco

© CCD

Ven a mi pecho, alma sorda y cruel...
Ven a mi pecho, alma sorda y
cruel,
tigre adorado, monstruo de aire
indolente;
quiero enterrar mis temblorosos
dedos
en la espesura de tu abundosa
crin;

Sepultar mi cabeza dolorida
en tu falda colmada de perfume
y respirar, como una ajada flor,
el relente de mi amor extinguido.

¡Quiero dormir! ¡Dormir más que
vivir!
en un sueño, como la muerte,
dulce,
estamparé mis besos sin
descanso
por tu cuerpo pulido como el
cobre.

Para ahogar mis sollozos
apagados,
sólo preciso tu profundo lecho;
el poderoso olvido habita entre
tus labios
y fluye de tus besos el Leteo.

Mi destino, desde ahora mi
delicia,
como un predestinado seguiré;
condenado inocente, mártir dócil

cuyo fervor se acrece en el
suplicio.

Para ahogar mi rencor, apuraré
el nepentes y la cicuta amada,
del pezón delicioso que corona
este seno
el cual nunca contuvo un
corazón.


Versión de María Fasce

Wednesday, October 18, 2006



CASA DE CUERVOS

porque te alimenté con esta realidad
mal cocida
por tantas y tan pobres flores del mal
por este absurdo vuelo a ras de pantano
ego te absolvo de mí
laberinto hijo mío

no es tuya la culpa
ni mía
pobre pequeño mío
del que hice este impecable retrato
forzando la oscuridad del día
párpados de miel
y la mejilla constelada
cerrada a cualquier roce
y la hermosísima distancia
de tu cuerpo
tu náusea es mía
la heredaste como heredan los peces
la asfixia
y el color de tus ojos
es también el color de mi ceguera
bajo el que sombras tejen
sombras y tentaciones
y es mía también la huella
de tu talón estrecho
de arcángel
apenas pasado en la entreabierta ventana
y nuestra
para siempre
la música extranjera
de los cielos batientes
ahora leoncillo
encarnación de mi amor
juegas con mis huesos
y te ocultas entre tu belleza
ciego sordo irredento
casi saciado y libre
con tu sangre que ya no deja lugar
para nada ni nadie

aquí me tienes como siempre
dispuesta a la sorpresa
de tus pasos
a todas las primaveras que inventas
y destruyes
a tenderme -nada infinita-sobre el mundo
hierba ceniza peste fuego
a lo que quieras por una mirada tuya
que ilumine mis restos
porque así es este amor
que nada comprende
y nada puede
bebes el filtro y te duermes
en ese abismo lleno de ti
música que no ves
colores dichos
largamente explicados al silencio
mezclados como se mezclan los sueños
hasta ese torpe gris
que es despertar
en la gran palma de dios
calva vacía sin extremos
y allí te encuentras
sola y perdida en tu alma
sin más obstáculo que tu cuerpo
sin más puerta que tu cuerpo
así este amor
uno solo y el mismo
con tantos nombres
que a ninguno responde
y tú mirándome
como si no me conocieras
marchándote
como se va la luz del mundo
sin promesas
y otra vez este prado
este prado de negro fuego abandonado
otra vez esta casa vacía
que es mi cuerpo
a donde no has de volver

Blanca Varela

Tuesday, October 17, 2006

© Sophia Durand

RECUERDAS TU LA PRIMAVERA

Esta aurora de Primavera

No sé por qué
Me hace
Sufrir
Aunque feliz
Rompo en llorar
Pero
Al tornar el día
Yo oí
Tu voz
Sobre el césped
De vinilo y la bruma
¿Recuerdas tú la Primavera?

Luis Hernández

© Sophia Durand

ELEGIA

Tu quisiste descansar
en tierra muerta y en olvido.
Creías poder vivir solo

en el mar o en los montes.
Luego supiste que la vida
es soledad entre los hombres
y soledad entre los valles.
Que los dias que circulaban
en tu pecho sólo eran muestras
de dolor entre tu llanto. Pobre
amigo. No sabías nada ni llorabas nada.
Yo nunca me río
de la muerte.
Simplemente
sucede que
no tengo
miedo
de
morir
entre pájaros y árboles.

Javier Heraud

© DCM

ENCARGO

No me des tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que
vuelves.
¡No me dejes dormir, no me des paz!
Entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.
No me pierdas como una música fácil, no seas caricia ni
guante;
tállame como un sílex, desespérame.
Guarda tu amor humano, tu sonrisa, tu pelo. Dálos.
Ven a mí con tu cólera seca de fósforos y escamas.
Grita. Vomítame arena en la boca, rómpeme las fauces.
No me importa ignorarte en pleno día,
saber que juegas cara al sol y al hombre.
Compártelo.
Yo te pido la cruel ceremonia del tajo,
lo que nadie te pide: las espinas
hasta el hueso. Arráncame esta cara infame,
oblígame a gritar al fin mi verdadero nombre.

Julio Cortázar

© DCM

CANTO VILLANO

y de pronto la vida
en mi plato de pobre
un magro trozo de celeste cerdo
aquí en mi plato
observarme
observarte
o matar una mosca sin malicia
aniquilar la luz
o hacerla
hacerla
como quien abre los ojos y elige
un cielo rebosante
en el plato vacío
rubens cebollas lágrimas
más rubens más cebollas
más lágrimastantas historias
negros indigeribles milagros
y la estrella de oriente
emparedada
y el hueso del amor
tan roído y tan duro
brillando en otro plato
este hambre propio
existe
es la gana del almaque es el cuerpo
es la rosa de grasa
que envejece
en su cielo de carne
mea culpa ojo turbio
mea culpa negro bocado
mea culpa divina náusea
no hay otro aquí
en este plato vacío
sino yo
devorando mis ojos
y los tuyos

Blanca Varela

Friday, October 13, 2006














© DCM

LEJANÍA
Mi ser henchido de barcos blancos.
Mi ser reventando sentires.
Toda yo bajo las reminiscencias de tus ojos.
Quiero destruir la picazón de tus
pestañas.
Quiero rehuir la inquietud de tus
labios.
Porqué tu visión fantasmagórica redondea los cálices de estas horas?

Alejandra Pizarnik